jueves, 19 de septiembre de 2013

De las 10,000 horas



"Somos lo que hacemos repetidamente. Por lo tanto, la excelencia no es un acto, sino un hábito."  -Aristóteles



El talento innato está sobrevalorado por muchos de nosotros, incluyéndome. Nos damos cuenta en estos años apenas, después de tantas investigaciones acerca del desempeño en cualquier ámbito, ya sea jugar tenis o ajedrez, pintar o escribir un blog, que lo que dijo el buen Aristóteles hace tantos años es, de hecho, verdad. Nos venimos dando cuenta de que no somos los elegidos para jugar fútbol. Ni  tenemos un don divino para bailar. Somos lo que hacemos repetidamente. 

 Anders Ericsson, líder de las investigaciones del alto desempeño, es el principal defensor del hecho que no existe tal cosa como el talento. Lo que quiere decir Ericsson es que, no hay tal cosa como el talento heredado en nuestro ADN, por nuestros padres, y que hace que algo en particular sea nuestro destino. No. En realidad depende de qué tanto trabajo en eso. Depende de cuántas veces salgo a correr. Depende de cuántas veces practico con la guitarra o cuántas veces juegas ajedrez. Todo está en la práctica. Diez mil horas de práctica hace posible alcanzar la pericia o incluso la perfección en cualquier ámbito de tu vida, de acuerdo con las investigaciones de Ericsson. Esto es la práctica deliberada, yo tengo el poder de influenciar mis propios resultados. 
Lo que separa a los mejores de los todos los demás
Si quieres mejorar tu actitud hacia las personas en tu trabajo, practícalo cada vez que se dé una oportunidad.  Si quieres mejorar tu ortografía, practícala en cada mail, o incluso mensajes y whatsapp. Muchas veces queremos mejorar en algo, pero nos resulta difícil salir de la zona de confort, salir y practicar. Y practicar. Y practicar más. La práctica no es sólo el ingrediente más importante, pero el más difícil y a veces, hasta el menos agradable.
Eso no es para mí...
 No. Falso. Esa frase no existe. Nos damos por vencidos diciendo – y creyendo – que algo no es para ti. No estás destinado a ser un buen gerente, un buen nadador o a cocinar como chef de 5 estrellas.  Pero no puedes estar más lejos de la verdad. Y es que nadie nació cocinando Osso buco a la perfección, sino que ha practicado cocina italiana yendo a cursos, leyendo libros,  participando en talleres.  La perfección no está en nuestros genes, está en el sudor, en los fracasos, en la frustración, en el esfuerzo y hasta en el sufrimiento que nos causa salir de nuestra zona de confort – de no volver a entrar a ella.  Es ahí donde vas a encontrar la excelencia. 

Libro recomendado:
-G. Colvin

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